sábado, octubre 18, 2008

Vía imaginada

Gente de El Poblado - Sábado 18 de octubre de 2008

Vuelvo al imaginario de las vegas del río, un retazo de ellas cubierto por esa doble cinta de pavimento que en su honor nombramos Avenida. La ensoñación nos permite alternar entre realidad y ficción, y desde el presente fantasear futuribles sobre los cimientos de un pasado que entonces fuera campiña.

La actualidad tiene múltiples facetas. Algo de congestión y ruido, conectores industriales, promesas de conocimiento, salud como en botica, prensa escrita, perspectivas comerciales, vía de ingreso al llamado Centro, vía de escape lejos del valle. Me quedo con lo que me toca: Universidades, Colegios, Bibliotecas, Medios y Cibermedios.

Imagino entonces una milla de conocimiento. Por lo menos una porción de ella, la de los colegios, la de las universidades, transformada en vía de viandantes, paseo de estudiantes. De un lado las bicicletas, del otro lado los peatones. Las vegas, destellos entre arboledas. Un poco de nostalgia recuperada. Vía imaginada. Nuestra vida siempre podrá ser distinta.

sábado, octubre 04, 2008

¿Qué pasó con las estrellas negras?

Gente de El Poblado - Sábado 4 de octubre de 2008
Me había acostumbrado a mirar las estrellas pintadas en el pavimento, ya prácticamente difuminadas en el ensamble del asfalto. Luceros amarillos, conocidos como las estrellas negras porque daban cuenta pública de los muertos en accidentes de tránsito. Una réplica del cielo en lo oscuro y a veces trágico de las calles.

Más de uno quedó advertido con la campaña. También tenía sus contradictores. Tensión entre la conciencia por el cuidado de la vida frente a las cuentas de un gasto inoficioso. Al ver una estrella negra pensaba en el difunto. ¿Cómo habría acaecido su muerte? Un cavilar como el que de infancia me sobrevenía al mirar las cruces a la vera de los caminos.

Desaparecidas las estrellas, nos quedan las cebras y algunas señales de advertencia. La verdad sea dicha, estas estrellas, con su tinte de tragedia, rompían con la rutina de las señales de tránsito. Los accidentes siguen ocurriendo, y la contabilidad de sus muertos ha retornado de la calle a su restringido registro en los folios y estadísticas de las oficinas de tránsito.