jueves, noviembre 20, 2008

China, la nueva meca

Portafolio. Número 3153. Jueves 20 de noviembre de 2008.

Los primeros referentes mentales que tuve sobre este país eran los de los libros de historia con sus relatos sobre los viajes de Marco Polo, y los de la búsqueda de una nueva ruta de las especias que llevó a Cristobal Colón a descubrir América. Todo ello enmarcado en un imaginario ensoñador de dinastías milenarias en reinos con exóticos territorios poblados de dragones. Mucho más cerca en el presente una abundante folletinesca encarnada que, condensada en El Pequeño Libro Rojo de Mao, nos hablaba de grandes revoluciones. En el día a día de la calle lo que finalmente observaba era la creciente aparición en los mercados de baratijas en las que podía leerse ‘made in china’.

Como estudiante tuve la oportunidad de compartir vivienda con algunos chinos. Un acercamiento a sus costumbres y a lo sofisticada que puede ser la culinaria, más allá de ese otro referente que también hemos tenido sobre la comida que nos venden en el restaurante rojo de la esquina. También me llegó en su momento algo de literatura, de emigrantes y de exiliados. Entre otros, Amy Tan con obras como “El Club de la Buena Estrella” y “La Esposa del Dios del Fuego” y el Nobel del año 2000 Gao Xingjian con libros como “El libro de un hombre solo” y “La montaña del alma”. Mensajes encontrados que se repiten en el tiempo. Contrastan los sucesos de Tiannamen con lo que escuchaba, por ejemplo, sobre el desarrollo en este país de los más avanzados Parques Tecnológicos. En el fondo una nueva realidad, la de un nuevo poder económico anunciándose con pasos y sombras de animal grande. Realidad que justo este año ha sido anunciada planetariamente con el gran despliegue de los Juegos Olímpicos.

Los sueños cambian. También los nuevos destinos, según se alinean los atrayentes ejes del poder. Roma, Bagdad, Londres, Paris, Moscú, Hong Kong, y otras tantas capitales han tenido en su momento su gran cuarto de hora de imantación. La china vuelve a ser meca en este siglo XXI. Y no exactamente por lo de destino turístico. La otrora ruta de la seda se está convirtiendo hoy en un itinerario de tecnologías y de comercio, siendo Beijing y Shanghái los principales nodos en este circuito. Un país con una de las mayores poblaciones de consumo potencial, y por lo tanto soñado como destino para grandes exportaciones. Un lugar para aprender sobre procesos acelerados de innovación y para apropiar nuevas y sofisticadas tecnologías. En fin, un destino sobre el que los nuevos empresarios y comerciantes del mundo están volcando sus miradas mientras imaginan nuevos mercados y fuentes de divisas. Valga esta breve e incompleta evocación sobre un país al que veo que cada vez viajan con más frecuencia muchos coterráneos.