viernes, junio 22, 2007

Masa crítica

Por: Félix Londoño G., Director de Investigación y Docencia - Universidad EAFIT
Portafolio. Año 13. Número 2725. Pp. 30. 22 de junio de 2007.

La masa crítica se define como la cantidad mínima de una sustancia fisible necesaria para que pueda establecerse espontáneamente y mantenerse por sí misma una reacción en cadena. Aunque el asunto, conceptualmente bastante elaborado, tiene su origen en el campo de la física nuclear, su uso se ha extendido a muchas áreas, y la disección del mismo nos muestra que hoy es aplicable, inclusive, en el contexto empresarial. Se trata en este caso de considerar las condiciones mínimas necesarias para que puedan establecerse y mantenerse por sí mismas nuevas aventuras de emprendimiento en nuestros negocios.

En términos coloquiales la reacción en cadena no es otra cosa que el conocido efecto 'bola de nieve', y la masa crítica correspondería, por lo tanto, a esa cantidad mínima de copos blancos requeridos para que se desarrolle ese proceso de acumulación que se torna imparable. En el ámbito empresarial, y en nuestro entorno nacional, podríamos preguntar por la masa crítica en múltiples circunstancias y contextos. ¿Cuál es la masa crítica que asegura la supervivencia de la empresa? ¿Cuál es la masa crítica que puede catapultar las exportaciones? Y tal vez la más importante, ¿qué masa crítica hace a una empresa innovadora?
En el caso empresarial, antes de dar paso a la reacción en cadena, debe comenzarse por la realización de una primera experiencia que pueda luego hacerse repetible y que, una vez depurada y formalizada, se configure como una nueva aventura de emprendimiento debidamente incorporada como parte del quehacer regular de la empresa. A modo de ejemplo: ¿ya exportó la primera vez? ¿Cómo hacerlo una segunda y una tercera ocasión? ¿Tiene la masa crítica suficiente para que se vuelva una actividad regular de su negocio? La reacción en cadena empresarial es ante todo un cúmulo de experiencias empresariales regularizadas y controladas.
¿Y la masa crítica en el contexto empresarial? Para mí que la masa crítica, en este caso la empresarial, está esencialmente constituida por las personas, por el talento humano con el que cuenta la empresa y con el que tendrá que atraer y mantener. Personas que haciendo uso de unas capacidades de recursos e infraestructura generan la chispa de las ideas que dan curso a la reacción en cadena empresarial. Ideas de nuevos negocios, de nuevos productos. Ideas innovadoras que, como en los procesos de fisión de la física nuclear, se tornan a su vez en detonantes controlados de nuevas reacciones en cadena; de nuevos procesos empresariales.
Así que la masa crítica empresarial resulta ser una balanceada y potente amalgama de personas, ideas y capacidades que permiten iniciar y mantener por sí mismas nuevas reacciones empresariales en cadena. No hay que olvidar que en estas reacciones se libera mucha energía, energía que debidamente controlada y sostenida constituye el verdadero motor del desarrollo empresarial.

jueves, junio 14, 2007

Miradas en el metro

Por: Félix Londoño G.
En: Guía literaria de Medellín. Editorial Aguilar. Pp. 110-111. 2007.

Entre una nube de manos colgadas en el aire
y una dispersa constelación de ojos,
los amantes se miran en el metro.

Ella, evocando el cuerpo de su cuerpo,
él, recordando lo hondo de su sexo.

Miríadas de miradas,
las más cercanas, voyeristas,
derramando sus ojos en el caleidoscopio de sus cuerpos.

Las de más allá, miradas interiores
desgastadas en el tiempo,
yertas en sus dichas y penurias.

Y los que aún tienen ojos para la ciudad y la noche
traspasando los cristales,
desdibujando la muchedumbre de luces alargadas
en la víspera del sueño,
vertiendo una lágrima por ese río enfermo
que muere recorriendo su vientre de cemento.

Hombres y mujeres que regresan de su vigilia,
huyendo del día que agoniza.

Los amantes descienden en la estación Madera,
arriba, en Polvorines, otros serán los ojos en sus cuerpos.

martes, junio 05, 2007

El lenguaje de la innovación

Por: Félix Londoño G., Director de Investigación y Docencia - Universidad EAFIT
Portafolio. Año 13. Número 2710. Pp. 30. 5 de junio de 2007.


Recientemente el profesor Robert Tucker, autoridad mundial en materia de innovación, nos dejó una definición práctica de este término, verdadero motor de la competitividad: "innovación es traer las ideas de la cabeza y hacer que cobren vida". Surgen dos preguntas. Primera: ¿cómo llegan las ideas a la cabeza? Segunda: ¿cómo se extraen de la cabeza para que cobren vida? Sostengo que en ambos casos sucede algo esencialmente en el lenguaje, con el lenguaje; y de manera fundamental desde la pregunta.

En el primer caso, las ideas llegan a la cabeza reconociendo que la fuente de las mismas está en nuestro mundo y de manera particular en sus fronteras. Físicamente, en el linde de lo que es, o no es, y podría ser; en la periferia de nuestras realidades posibles. ¿De qué manera puedo transformar el mundo en el que me encuentro inmerso, los objetos, las cosas que me rodean? Temporalmente, en el ineludible futuro. ¿Cómo puede cambiar la forma de hacer lo que hacemos en nuestro diario devenir? Emocionalmente, en la frontera del deseo, propulsor de la disposición a abandonar la rutina y a abrazar el cambio. Es en el lenguaje, que aflora desde los cinco sentidos, como debemos instalarnos en estas fronteras para que fluyan las nuevas ideas a la cabeza. El mundo y el futuro están para ser avizorados y soñados, y, desde el deseo, apropiados como nuevas posibilidades. Nuevas ideas sobre nuevos productos, nuevas formas de hacer las cosas, nuevas estrategias, nuevas tendencias, nuevas tecnologías; en fin, nuevas formas de afrontar los problemas aún insolubles.
En el segundo caso, instaladas las nuevas ideas en la cabeza, pareciera fácil hacer que cobren vida. Lo primero es encontrar la manera más adecuada de comunicarlas, de materializaras. Converse sobre ellas, cuente sus historias, realice prototipos. Pierda el miedo a equivocarse. Hable sobre el valor y los beneficios que puede representar el desarrollo de sus nuevas ideas. ¡Arriésguese! ¡Véndalas! Haga que las nuevas ideas cobren vida en el lenguaje, en sus conversaciones. Hágalas realidad.
Hay un múltiple sentido de realización al concebir nuevas ideas y hacer que cobren vida. Lo primero, es la concreción de la idea como tal. Pero lo más importante es la transformación que sufren el sujeto autor de la idea y el entorno en que ésta se da, sea éste universidad, empresa o cualquier otro tipo de entidad. El sujeto que concibe una idea y logra materializarla es el primero en transformarse, en agregarse valor a sí mismo. Sus entornos laboral y social también se transforman, se hacen más propicios al albergue de nuevas fuentes de innovación. El permanente devenir de nuevas ideas y su materialización conduce a una transformación profunda en la manera como conversamos sobre el futuro, configurándose de paso el lenguaje de la innovación.